Devocionales y Artículos Cristianos

miércoles, 23 de agosto de 2023

Consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva (Parte 1)


La historia de la desobediencia de Adán y Eva en Génesis, capítulo tres, nos advierte las consecuencias de ignorar a Dios y sus mandamientos y de decir ceder ante la tentación. Un sermón del Pastor Charles Stanley

Tomar decisiones importantes sin detenernos a considerar las consecuencias es peligroso y poco sabio, pero eso es exactamente lo que muchos hacen cada día.

La mayoría de las veces terminan lamentando sus decisiones, pero ya es demasiado tarde para evitar las consecuencias irrevocables. Sus sueños y esperanzas se han destruidos, y no pueden dar marcha atrás. Eso fue exactamente lo que le sucedió a la primera pareja al decidir desobedecer a Dios en el Huerto del Edén.

Pasaje clave: Génesis 1:16-24
Lecturas de apoyo: Génesis 2:9; 3:6-24; 4:1-8; 6:5, 6-8 | Romanos 6.23 | 1 Juan 1.9

Todas nuestras acciones tienen consecuencias. Es por eso que debemos considerar cuidadosamente las ramificaciones de nuestras decisiones. La historia de la desobediencia de Adán y Eva en Génesis, capítulo tres, nos advierte las consecuencias de ignorar a Dios y sus mandamientos y de decir ceder ante la tentación.

Las consecuencias del pecado de Adán y Eva en el Edén

Los puso en conflicto con la naturaleza (Gn 3.16-19). Por el pecado de Adán, la tierra fue maldecida. Ya no podría disfrutar de la productividad del Edén, sino que tendría que lidiar con los espinos y cardos para poder obtener alimento. Como resultado de su pecado, Dios le dijo a Eva que los dolores de parto se multiplicarían. Todo el orden natural fue cambiado después de haber pecado, y la vida no fue tan fácil como lo era hasta ese momento.

Los puso en conflicto entre sí (Gn 3.6-13). Después de haber comido del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, los ojos de Adán y Eva fueron abiertos, y se dieron cuenta de su desnudez. Algo murió en su ser espiritual, y comenzaron a verse de manera diferente. Trataron de cubrir sus cuerpos con hojas de higuera e inútilmente intentaron esconderse de Dios. Luego, cuando el Señor les preguntó acerca de su pecado, Adán culpó a Eva y ella hizo lo mismo con la serpiente.

La relación que tenían entre ellos cambió para siempre, como consecuencia del pecado.

Los puso en conflicto con Dios (Gn 3.7, 8). Antes de pecar, Adán y Eva amaban al Señor, pero después sintieron miedo y trataron de ocultarse de su presencia, como consecuencia de la vergüenza y la culpabilidad. Solo una mordida al fruto prohibido arruinó toda su existencia, incluyendo la relación con su Creador. Su desobediencia trajo maldición a la tierra, dificultad para saciar las necesidades, dolor y sufrimiento, y eventualmente la muerte (versículos 17-19). Quedaron separados de Dios espiritual y físicamente, pues los echó fuera del Edén.
Puso a sus hijos en conflicto (Gn 4.1-8).

El pecado de Adán y Eva no solo afecto sus vidas, sino también la de sus hijos. La desobediencia no es un evento aislado, pues sus consecuencias siempre se extienden de una manera u otra a la vida de las demás personas. Adán y Eva tuvieron dos hijos: Caín, un agricultor y Abel, un pastor de ovejas. Cuando los dos decidieron traer sacrificios ante Dios, Caín trajo del fruto de la tierra, pero Abel ofreció un animal del rebaño.

Después del pecado de Adán y Eva, el Señor les había mostrado que las hojas de la higuera no podían cubrir su desobediencia, sino solo la sangre de un animal, al cual mató para cubrir sus cuerpos con su piel. Dios les mostró que el precio del pecado es la muerte, y que el derramamiento de sangre es esencial para obtener el perdón de pecado. Así que la única manera en la que debían acercarse a Él para adorarle era con un sacrificio de sangre.

Charles Stanley

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