Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 (NVI)
«Tengo malas noticias».
No son palabras que uno quiere oír de tu médico. Mi esposa, Jill, me tomó de la mano mientras nos preparábamos para el impacto.
«Tengo motivos para creer que padeces de un trastorno neurológico degenerativo», me dijo. «Dentro de la clasificación del Parkinson».
Jill y yo hemos pasado juntos por muchas dificultades, pero ésta era la noticia más devastadora que habíamos recibido. Después, nos sentamos en el coche, atónitos. Jill abrió su Biblia y empezó a orar por un milagro. Yo lloré.
Todo en mí quería rendirse. Si tenía una enfermedad incurable, ¿qué sentido tenía luchar? Sentí que mi llamado, mi propósito, mi vida, había terminado.
Esa noche, recibí una llamada de mi amigo Marc, que también es entrenador de lucha de la UFC. Me recordó de una forma que sólo él puede lograr, que no era el primer combate al que me enfrentaba. Me dijo que no tenía que dejar que este diagnóstico me robara el gozo, la paz ni el llamado. Luego dijo algo que también le dice a sus luchadores:
«Shawn, vas a besar este fuego y te marcharás silbando».
En aquel momento, no sabía lo que significaba. Pero a medida que he ido caminando con mi diagnóstico, se ha convertido en mi lema.
Jesús nos lo dice claramente: tendremos aflicciones en este mundo. Para mí, es este diagnóstico. Para ti, quizá sea otra cosa: una relación rota, un trabajo estresante, una batalla de salud mental, dolor crónico o una combinación de cosas. Todos atravesamos el “fuego”. Pero la buena noticia es que nunca lo atravesamos solos.
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo (Juan 16:33).
Las llamas de la vida son abrasadoras, pero cuando caminamos con Jesús, no somos consumidas por ellas. Dios no sólo entra en el fuego con nosotros, sino que lo utiliza para nuestro bien y Su gloria.
He aquí tres cosas que Dios me ha enseñado en el fuego:
1. Hay más propósito en este dolor del que puedas imaginar.
Incluso cuando no puedes verlo, Dios está obrando a través del dolor.
2. Te alegrarás mucho de no haberte rendido.
Habrá un día en que mires atrás y verás lo lejos que Él te ha llevado.
3. Dios utiliza a las personas quebrantadas.
La debilidad humana es donde Su fuerza brilla más.
Dios no ha terminado contigo. Sean cuales sean tus circunstancias, no estás solo. Dios va delante de ti, detrás de ti y a tu lado. Puedes tener confianza en que Él está contigo en el fuego.
Dios, gracias por ser personal y por estar presente, caminando con nosotros en los lugares ardientes de la vida. En medio de las llamas, recuérdame que Tú no has terminado de escribir mi historia. Ayúdame a fijar mis ojos en Ti. Trae propósito a mi dolor y belleza a mi quebrantamiento, todo para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, Amén.
Fuente: proverbs31.org

No hay comentarios:
Publicar un comentario