Sembrar y recoger de las semillas sembradas es una ley inexorable. Cuando el Apóstol Pablo escribe esta declaración en Gálatas está refiriéndose a la manera como debemos los hermanos maduros en la fe tratar con amor y compasión a los hermanos que han caído en algún pecado o están pasando por tiempos de pruebas. “Hermanos, en caso de que alguien se encuentre enredado en alguna transgresión, ustedes que son espirituales restauren al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Gálatas 6:1. 
Somos el resultado de nuestras siembras; trátese de dinero, amor, tiempo, paciencia, consejos, cuidados o cualquier otra actividad a la que le dediquemos especial cuidado y tiempo en sembrar. Nuestras acciones son semillas que sembradas en buena tierra terminan dando la cosecha que produce dicha semilla. Si la ley de la gravedad funciona y fue establecida por Dios, la ley de la siembra y la cosecha no está fuera de su funcionamiento. Es un asunto de creer y experimentar sus resultados. No te canses de hacer el bien porque a su debido tiempo cosecharás, dice la Palabra. Siembra tiempo, siembra amor, siembra palabras de ánimo, siembra para que otros puedan cambiar sus vidas que la cosecha algún día la recogerás. Hay tiempo de sembrar y tiempo de recoger. 
Marcos Manrique

 
 
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