Es lo que Dios quiere y así le estamos rindiendo culto, cuando todo esto lo hacemos como para el Señor. También le rendimos culto cuando oramos, alabamos, examinamos Su palabra y pensamos en ella, reflexionamos, cuando escuchamos a los ministros de Dios.
Toda nuestra vida debiera ser un culto a Dios, pero no siempre rendimos culto a Dios. No rendimos culto a Dios cuando mentimos, cuando tenemos pensamientos sucios, cuando robamos, cuando hablamos mal de otros, cuando hacemos actos impuros, no rendimos culto a Dios cuando deseamos a la pareja del prójimo, nos rendimos culto a Dios cuando no cumplimos bien nuestra labor en el trabajo o cualquiera de los roles que tenemos.
Piense en cuantos roles tiene usted, por ejemplo, si es dueña de casa, además es madre, hija, suegra, esposa; son varios roles que ya tiene y todos debe hacerlos bien como un culto a Dios.
Toda nuestra vida debe ser un culto a Dios y un culto racional o sea bien pensado. Importante es que los cristianos pensemos; siempre la predicación nos lleva a pensar, a reflexionar. No debemos ser flojos en aquello, muchas veces las personas toman las palabras que se les enseñan como un dogma y no las trabajan interiormente, no reflexionan ni piensan y dicen muchas palabras sin entender lo que se dice.
Recuerdo cuando conversando con una hermana yo le decía que había que edificar la vida, más ella no entendía la palabra edificar. Sólo entendía que edificar era algo bueno, espiritual nada más y no se ponía a pensar de dónde venía esa palabra, quienes edifican constructores, arquitectos, albañiles edifican Edificar es una metáfora de construir nuestra, que no se construye con piedras ni con ladrillos ni con barro ni con cemento, se construye con la Palabra de Dios, con la guía del Espíritu Santo, en la comunión con los hermanos, con la reflexión permanente en las circunstancias vividas y con la completa entrega a Dios.
Necesitamos, queridos hermanos, presentar nuestras vidas al Señor en una forma real, viva, santa y agradable a Él porque Él es el motivo del culto que le rendimos, con todo nuestro entendimiento, con nuestra inteligencia y pensamientos y por cierto con nuestra acción porque toda enseñanza se concreta en una acción, se consolida en una acción.
No tendría sentido la predicación de la Palabra si no tuviera un resultado en las vidas de las personas. Esto es muy importante, que la Palabra de Dios produzca un fruto en usted. Así será verdaderamente edificada el alma y la persona completa con la Verdad del Señor, oída con entendimiento y con una actitud reflexiva. Así podrá ser nuestra vida completa un culto al Señor.
Oración: Padre, te damos gracias por Tu Palabra y te presentamos en este día nuestra vida. Te entregamos la vida familiar, social, laboral y espiritual. La entregamos en forma real, santa y agradable a Ti.
Te pedimos, Señor, que la santifiques cada día más, que limpies en ella todo lo que está sucio, que ordenes lo que está caótico, que aclares lo que está aún en oscuridad y que ilumines todo nuestro ser, para que nuestra vida sea un culto permanente a Ti que eres Santo, tres veces Santo. Amén.
Iván Tapia

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